viernes, 25 de mayo de 2012

ADIOS, MANOLO - ARTURO PÉREZ REVERTE - XL SEMANAL - 27/05/2012


De compras. Me atiende una señora con acento eslavo, de un metro ochenta de estatura a ojo de buen cubero, con el pelo rubio y los ojos claros. De ésas que dan miedo. O casi. Hechos los trámites, llama a dos empleados, y éstos se ocupan del resto de la operación. Uno es un rumano eficiente que se ocupa de mí con diligencia, y hablando un español casi perfecto, me advierte: «Cuidado con esta pieza, que es muy jodida y se suelta». Lo de muy jodida lo ha dicho con el desparpajo y la naturalidad de quien le tiene tomado el punto a la pieza que se suelta y al habla de Cervantes. Integrado total. El otro empleado es un joven azteca, o maya, o lo que sea. Uno de allí, con un magnífico pelo negro, la piel cobriza y unos ojos oscuros e inteligentes. También son ojos orgullosos. Hace un momento, mientras brujuleaba por la tienda, tuve ocasión de presenciar una escena de ese  mismo joven con un cliente ligeramente estúpido, y de advertir la mirada que le dirigió el indio cuando al otro se le fue un poco la mano en el trato. Si te llego a pillar en Tenochtitlán aquella noche -decía elocuente esa mirada- me hago un llavero con tus pelotas. Incluso si te encuentro un sábado por la noche, de copas, igual me lo hago. Huevón.


 
Comentario:


Está en vena, don Arturo

Intento siempre esperar a la publicación de la Patente de Corso en XL Semanal para insertar mis comentarios pero reconozco que esta vez no he podido evitar adelantarme tras ver como las redes sociales se han puesto en marcha al leer la Patente de esta semana.

Don Arturo, como siempre levantando polémica y las redes echando chispas, nunca mejor dicho ¡qué ganas tiene de provocar! por lo menos a ciertos grupos de lectores.  La verdad es que me lo paso pipa leyendo las reacciones de los ultrajados ¡qué país! al tiempo que se me revuelve la sangre, no por la falta de cultura sino por la falta de memoria histórica que tenemos los españoles, parece mentira que nos podamos sentir ofendidos habiendo sido España ella misma y durante tantos años un país de emigración. 

Pues Olé, Don Arturo, se lo ha ganado, ojalá el porvenir que augura fuera cierto…

He manifestado muchas veces abiertamente que he vivido mi infancia y adolescencia en una especie de Arca de Noé, sin embargo en ese barco no tenía desgraciadamente cabida todas las personas por igual, sólo las de piel blanca, no importaba que fuera francés, español, italiano, portugués, inglés, americano o ruso (aunque dentro de estos grupos a unos se les valoraba más que a otros según el prestigio social de cada nacionalidad)  e incluso, aunque siempre con algunas reservas, se admitía también a los judíos en el grupo. Los chinos, como les llamábamos, aunque en realidad eran vietnamitas procedentes de la antigua colonia francesa llamada en aquel entonces Indochina, no se mezclaban con el resto y se dedicaban sobre todo a la restauración. 

Donde ya la cosa se complica, es cuando el sujeto es marroquí y tiene guasa el asunto porque el país del que os hablo, se llamaba y se llama Marruecos…. Así que el país se les llena de emigrantes europeos, americanos y asiáticos que montan empresas y pequeños comercios pero los que son estigmatizados son ellos mismos, los lugareños es decir los marroquÍes. ¡Qué ironía!

Que conste que ocurrió lo mismo en Argelia, en Túnez y en Vietnam que es lo que más conozco.

Pues, por muchos franceses, españoles, italianos, americanos, rusos, judíos que conociera y frecuentara durante todo el tiempo en el que residí ahí, nadie nos ha tratado con tanto cariño y generosidad como lo han hecho los marroquíes y todavía hoy en el barrio en el que viví los comerciantes me siguen acogiendo con los brazos abiertos y siempre me quieren invitar a sus casas.

Habrá qué decirles a todos estos nuevos españoles ¡Qué bueno que viniste para sacarnos de nuestra endogamia! ya que según los eruditos fue la endogamia, es decir la consanguinidad entre cónyuges, la que ocasionó la extinción de los Austrias.

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