domingo, 20 de mayo de 2012

BRUTO ES UN HOMBRE HONRADO - ARTURO PÉREZ REVERTE - XL SEMANAL (20/05/2012)

Película: Julio César (1953) de Joseph L. Mankiewicz
con Marlon Brando, James Mason, Louis Calhern, John Gielguld.

El tercer acto de la tragedia Julio César contiene un ejemplo interesante de lo que, desde la Logse o por ahí cerca, llamamos comprensión lectora y que hasta hace poco se conocía por simple sentido común. Para levantar al pueblo romano contra Bruto y los otros asesinos de César, el Marco Antonio de Shakespeare empieza su famoso discurso aludiendo varias veces a Bruto como «un hombre honrado». Y el pueblo, voluble pero no completamente imbécil, termina captando el sentido de la ironía y acaba queriendo hacer picadillo a los magnicidas. Dicho de otra forma, la comprensión lectora de los romanos fue en este caso, y en términos generales, la apropiada.


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Comentario:


A vueltas con los Idus

Los Idus de Marzo se vuelven últimamente muy recurrentes, hasta el mismísimo Arturo Pérez Reverte se referirá a ellos indirecta e irónicamente para ilustrar la deficiente preparación en comprensión lectora o en sentido común de llamámosle "una parte de la población sevillana".

Para ello, el escritor toma como ejemplo el idus de marzo del año 44 en el que Julio Cesar fue asesinado por Bruto, político y militar romano de la etapa final de la República y eso a pesar de que los Idus eran para los romanos días de buenos augurios. Y menos mal que estaba ahí Marco Antonio para aprovecharse de la situación y hablar airadamente de los asesinos en el elogio fúnebre de César. A partir de entonces Roma dejó de ver a los conspiradores como salvadores de la República, se apresuraron a acusarles de traición y provocaron la huida de Bruto y la de sus compañeros hacia Oriente.

A continuación, inserto el discurso que profirió Marco Antonio para desenmascarar a Bruto, discurso que, a pesar del tiempo transcurrido, encajaría perfectamente para aplicarlo a la  situación política española actual  y a la de muchos otros países de nuestro entorno en la que gobernantes y políticos nos llenan los oídos con discursos vacíos y promesas que nunca se llegan a cumplir:


Julio César de William Shakespeare
Marco Antonio se dirige al pueblo romano congregado en el Foro

¡Amigos, romanos, compatriotas, prestadme atención!
¡Vengo a inhumar a César, no a ensalzarle!
¡El mal que hacen los hombres perdura sobre su memoria!
¡Frecuentemente el bien queda sepultado con sus huesos!
¡Sea así con César!
El noble Bruto os ha dicho que César era ambicioso.
Si lo fue, era la suya una falta grave,
y gravemente la ha pagado.
Con la venia de Bruto y los demás,
pues Bruto es un hombre honrado,
como son todos ellos, hombres todos honrados,
vengo a hablar en el funeral de César.
Era mi amigo, para mí leal y sincero;
pero Bruto dice que era ambicioso.
Y Bruto es un hombre honrado.
Infinitos cautivos trajo a Roma,
cuyos rescates llenaron el tesoro público.
¿Parecía esto ambición en César?
Siempre que los pobres dejaban oir su voz lastimera, César lloraba.
¡La ambición debería ser de una sustancia más dura!
No obstante, Bruto dice que es ambicioso
y Bruto es un hombre honrado.
Todos visteis que en las Lupercales
le presenté tres veces una corona real, y la rechazó tres veces.
¿Era esto ambición?
No obstante, Bruto dice que era ambicioso
y ciertamente, Bruto es un hombre honrado.
¡No hablo para desaprobar lo que Bruto habló!
¡Pero estoy aquí para decir lo que sé!
Todos le amasteis alguna vez y no sin causa.
¿Que razón, entonces, os detiene ahora para no llevarle luto?
¡Oh raciocinio!
Has ido a buscar asilo en los irracionales,
pues los hombres han perdido la razón...
¡Perdonadme un momento!
¡Mi corazón está ahí, en ese féretro con César,
y he de detenerme hasta que torne a mí.


(c) José Mª González-Serna Sánchez
Aula de Letras

 

Ésta es, a mi parecer, una de las patentes de Arturo Pérez Reverte sobre la cual merece detenerse un rato.  Me  imagino que a la hora de escribirla ha debido meditar con calma para intentar no dejarse llevar por el ímpetu y soltar a bote pronto todo lo que se le viniera a la cabeza o a la punta de la estilográfica para defenderse del azote twittero sevillano. Mejor así, ha hecho bien dejando pasar un tiempito para que se reflexionara sesudamente y se calmaran un poco las pasiones patrióticas, marianas y flamencas de los sevillanos.  Desgraciadamente al resto de los humanos nos cuesta apreciar y captar la sutil ironía.

Y digo yo ¿es realmente Sevilla la única ciudad en la que se dan cita las putas, los yonkis y la gentuza? Hace poco APR criticaba la pasividad de las autoridades municipales de Madrid por dejar que las prostitutas ejercieran a sus anchas el oficio en pleno centro de la capital y en cuanto a los yonkis, pobres desgraciados, víctimas inocentes (o no) de esta sociedad hipócritica y desaprensiva, creo que son un poco más discretos con sus trapicheos ¿será que las autoridades son menos permisivas con este colectivo o que yo no frecuento los barrios donde se dejan ver?

Desgraciadamente los humanos somos bastante impulsivos y nos encendemos con facilidad sin reflexionar sobre lo que hemos creído entender ni sobre las consecuencias de nuestros actos pero APR tiene que reconocer que se expresa a menudo de forma muy irónica, véase “la pena de Garrote Bil” o  “España resumida en dos tuits” y estarán ustedes de acuerdo en que le gusta provocar y es a veces bastante incisivo y no todos los lectores tenemos la capacidad de comprender y entender que la hipérbole es un recurso lingüístico utilizado a menudo por los escritores para generar un mayor impacto en el interlocutor o lector.

Eso no quita para que esta Patente me haya resultado muy interesante, aporta muchos informaciones sociolingüísticas sobre la idiosincrasia del español, a pesar de que no entiendo por qué la comprensión lectora deriva del “sentido común”, será que yo tampoco sé leer.


P.S. Me hubiera gustado subir los vídeos con los 2 monólogos de Marco Antonio y Bruto pero ha sido imposible la Warner Bros ha eliminado el video de Marco Antonio, aquí os dejó él de Bruto.
Julio César de Joseph L. Mankiewicz (1953) - 

Discurso de Bruto ante el pueblo tras el asesinato de Julio Cesar


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