domingo, 4 de diciembre de 2011

AQUÍ NO SE SUICIDA NADIE - ARTURO PÉREZ REVERTE - XL SEMANAL - 24/06/2007

Hablo de memoria, pero creo recordar que, hace unas semanas, a un ministro de Sanidad chino lo fusilaron por corrupto; y otro japonés, tras ser pillado de marrón, se hizo el harakiri en plan grosero, ahorcándose antes de que la Policía le dijera estás servido. Ambos episodios se prestan a comentarios e interpretaciones según el punto de vista de cada cual. En lo que respecta al chino, hay quien verá el asunto con la indignación del que se opone a la pena de muerte, y hay quien opinará que, puestos a meter en algún sitio doce balas de AK-47, las asaduras de un ministro corrupto son lugar adecuado. Yo no voy a pisar ese jardín. Me limitaré a decir que, aunque me parece mal la pena de muerte en términos generales -en casos particulares y personales ya hilo más fino-, el fusilamiento de un ministro de Sanidad corrupto no me quita el sueño, ni en China ni en Leganés; que me disculpen los usuarios de mecheros Bic y el borreguito de Norit. Lo que me desvela, poniéndome una mala leche espantosa, es la impunidad que nuestra confortable y humanitaria España brinda a tanto sinvergüenza, sea ministro o sea gorrilla de aparcamiento junto a la Giralda -y que me perdonen los gorrillas por mezclarlos con esa turbia compañía-. Eso me lleva a hablarles del otro difunto. Del japonés. Porque imaginen el caso. Mikedo Kontodo, o como se llame el fulano, se entera de que lo suyo va a hacerse público, y de que el telediario contará con pelos y señales cómo se lo llevó crudo con terrenos recalificados en Osaka, se conchabó con los yakuzas, trincó comisiones fraudulentas hasta del dibujante de Heidi, y se gastó la viruta con geishas y lumis vestidas de colegialas con calcetines, que eso allí los pone a todos como Yamahas. Así que nuestro primo Mikedo, que tuvo un antepasado samurái en Okinawa, otro en Tsushima y otro con los Cuarenta y Siete Ronin, decide que el deshonor es demasiado para su cuerpo serrano. Así que, para rehabilitarse él y su familia ante la sociedad a la que defraudó, dice Banzai, se pone el kimono, se calza media botella de sake para que no le tiemble el pulso, y como rajarse las tripas le da repelús -hasta los japoneses se están amariconando ya- decide ahorcarse en el jardín, entre bonsáis, antes que verse en boca del vulgo, como la Lirio.

Continúa en: http://xlsemanal.finanzas.com/web/firma.php?id_edicion=6707&id_firma=4232

No voy a hablar de la Patente de Arturo Pérez Reverte publicada en XL Semanal de esta semana y cuyo título es NIÑOS, BOXEADORES Y TABLEROS ya que no sé nada de ajedrez y por lo tanto, tampoco sé lo que supone estar ante los grandes de ese mundillo ajedrecista aunque me imagino lo que debe de disfrutar el que realmente entienda el juego. Pero ya que, en su página y por el mismo precio, nos recuerdan una Patente publicada en el mes de junio del 2007 y cuyo contenido sigue siendo de primorosa actualidad, aprovecho para comentar algunas de las ideas ahí expresadas.

La Patente, a mi humilde entender, compara y contrapone dos formas de intervenir ante el ejercicio de la corrupción. Por un lado, el del mundo asiático (en este caso China y Japón) y por otro, la que se estila en Europa y más concretamente en nuestra entrañable España.

Corruptos los hay, desgraciadamente, en todos partes y además numerosos, pero lo que creo que APR quiere resaltar y denunciar no se limita a los distintos modos de corromper que usan los políticos –y tantos otros que no son políticos- sino más bien a la actitud de ciertos políticos tras la divulgación de sus fechorías que dista mucho de la que se acostumbra a practicar en los países asiáticos, es decir según APR “la impunidad que nuestra confortable y humanitaria España brinda a tanto sinvergüenza”.

Siempre, según APR, si al corrupto político chino le fusilaron, el japonés no llegó ni a esperar la sentencia judicial sino que, avergonzado y temeroso por la divulgación de sus hazañas, se tomó la justicia por su mano y directamente se hizo el harakiri.

Afortunadamente, aquí en España, ya no se fusila a nadie –los últimos fusilamientos me parecen que remontan a la época de Franco ya cerca de su fallecimiento- pero tampoco se condena a los corruptos con la cárcel, sino que se hace la vista gorda o se intenta rápidamente acallar los rumores y, por supuesto, nadie se suicida por el mero hecho de ser un corrupto ¡Faltaría más!

Los últimos casos de corrupción política, según los periódicos, se lo distribuían hasta ahora indistintamente el PP y el PSOE, en Andalucía en Valencia y en Baleares, os suena los casos ‘Malaya’ (Andalucía) ‘Gurtel’ (Valencia), ‘Palma Arena’ (Baleares), creo que por Cataluña existen también unos cuantos políticos catalanes que tampoco se quedan atrás, veáse también el caso 'Pretoria’. Ahora nos enteramos que hasta nuestro Infante consorte, el apuesto ex balonmanista Urdangarín, también le ha dado por disfrutar del dinero rápido y fácil. Es mejor no indagar más para no llevarnos otras sorpresas pero ¿quedará todavía algún político para quien la ética, la rectitud sea uno de los valores más importantes a mantener durante su mandato? Desgraciadamente, por la actitud de unos pocos corruptos, es toda la clase política la que se ve afectada.

Y es que los humanos somos insaciables. ¿Qué es lo que realmente nos impulsa a no estar nunca satisfechos y a desear cada día mas poder y más riquezas? ¿Qué valores vamos a transmitir a nuestros descendientes? Me acuerdo de los años en los que mi hijo cursaba sus estudios en Primaria o Secundaria y tenía una asignatura que se denominaba Educación en valores ¿para qué sirve la teoría si la práctica nos demuestra todo lo contrario de lo que nos han intentado inculcar?

A lo mejor nuestros políticos deberían de volver al cole para que los niños les enseñen lo que es la ética tal como se la enseñaron a ellos, porque a los mayores ya se les ha olvidado esta asignatura.

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